¿Cómo encender una chimenea?
Guía para encender y mantener tu chimenea con toda seguridad
La chimenea puede ser nuestra gran compañera para los días más fríos del año. Además de calentar nuestro hogar, es un elemento decorativo de calidad y da una sensación de calidez y bienestar incalculable.
Si no tienes experiencia en el mundo de las chimeneas, desde Climmatic queremos darte nuestros mejores consejos para encender una chimenea, para que puedas disfrutar de ella con toda seguridad y sin descuidar ningún detalle.
Antes de empezar…
¿Que necesito para encender mi chimenea?
Antes de encender la chimenea por primera vez, es importante tener a mano todos aquellos elementos que harán falta para encender y mantener el fuego de tu chimenea.
– leña: para encender el fuego necesitarás unos 2 o 3 troncos de leña seca. No olvides tener preparados algunos troncos más para poder mantener el fuego encendido durante varias horas.
– ramas, astillas y piñas: te harán falta unas cuantas ramas o astillas como base para el fuego. Además, a la hora de mantenerlo encendido, será necesario añadir alguna piña u otro elemento de pequeñas dimensiones para avivar el fuego.
– pastillas de encendido: te ayudarán a encender el fuego de una forma muy práctica. Simplemente debes encender una y meterla en el centro del fuego para agilizar el encendido.
– tenaza
– fuelle: el fuelle te ayudará a dar aire al fuego y oxigenarlo para mantenerlo encendido. Será necesario utilizarlo a la hora de prender el fuego, así como para mantener la llama.
– cerillas o mechero
¡Cuidado!: Consejos de seguridad para encender la chimenea
Para poder encender y mantener el fuego de la chimenea de una forma segura y fiable, te recomendamos asegurarte que alrededor de la chimenea no hay ningún objeto que pueda quemarse o sea peligroso para el fuego.
La zona de la chimenea debe estar rodeada de objetos que no sean susceptibles de prenderse con las chispas o que supongan un peligro para la persona que encenderá, mantendrá y apagará el fuego.
También te aconsejamos que no coloques muchos troncos para encender el fuego, ya que si no se creará demasiado humo y no habrá el suficiente oxígeno que necesita el fuego para encenderse.
Encender el fuego de leña: Paso a paso
1. Poner el combustible
Coloca una base de ramas y astillas en el centro de la chimenea y añade 2 o 3 troncos encima. La madera que utilices debe ser seca, ya que los troncos húmedos o mojados no permiten que el fuego prenda tan rápido.
Es interesante que en el medio de la zona de fuego haya espacio para la columna de humo que se creará con el fuego encendido. Así, será mucho más directa la ventilación y salida del humo por la chimenea.
2. Encender fuego
Ha llegado el momento más delicado e importante: encender el fuego.
Puedes echar una cerilla a la leña o quemar algún papel o rama con un mechero para prender el fuego. Se recomienda estar atentos en los primeros minutos para asegurar que el fuego se enciende correctamente y no hace falta reavivarlo para que se empiecen a quemar los troncos.
Puedes añadir una pastilla de encendido hacia el centro de los troncos para que sea más fácil encender el fuego. Simplemente deberás prenderla con una cerilla o un mechero y echarla rápidamente.
Si el fuego no se enciende suficientemente bien, puedes poner la llama en varias partes de la leña, quemando otras zonas de la hoguera para agilizar el proceso.
Además, es importante crear una corriente de aire en los primeros minutos, ya que con el humo se aparta el oxígeno del fuego (necesario para que prenda con más fuerza). El fuelle será tu aliado perfecto, así que deberás usarlo para dar viento y corriente al fuego y asegurar que estará encendido durante un buen rato.
3. Añadir leña a la hoguera
Una vez el fuego ya se ha encendido, puede ser que éste se apague rápidamente. Es por eso que es momento de añadir más troncos y así mantener la hoguera encendida. Los troncos se deben colocar antes de que las ramitas y otros objetos más pequeños se hayan consumido totalmente.
La forma más idónea es acercar una llama al tronco durante un tiempo hasta que éste arda por sí solo. Además, no se debe descuidar el resto de la hoguera, que se puede apagar mientras estemos en este paso.
La mejor posición en la que se deben colocar los varios troncos es en forma de pirámide, ya que así el espacio entre los troncos es el necesario para que el fuego tenga oxígeno y puedo mantenerse prendido.
4. Mantener el fuego
Para poder mantener el fuego el tiempo que deseamos, es necesario ir añadiendo ramas, piñas e incluso algún tronco más para que el fuego tenga el combustible necesario. Todo el material quemado se irá convirtiendo en brasas, así que no te olvides de revisar el estado de la llamas para ir agregando más leña al fuego.
También es un bueno momento para sacudir los troncos con las tenazas y dar una corriente de aire extra y así hacer respirar el fuego y darle el oxígeno que requiere.
Este paso es vital si quieres que la hoguera continúe encendida durante más de una hora, ya que el fuego debe estabilizarse y tener el combustible suficiente para seguir dando el calor para tu estancia.
5. Apagar el fuego de forma segura
Existen varias fórmulas para apagar el fuego de tu chimenea. Para ir apagando la llamas, puedes extender los troncos y las brasas con el atizador y con una pala podrás enterrar las brasas ardientes con las cenizas de debajo de la leña. Con esta técnica conseguirás que el fuego se vaya apagando poco a poco de una forma natural.
También puedes rociar las brasas esparcidas con agua hasta asegurarte que está todo suficientemente humedecido para que se apague por completo.
Por último, existe la posibilidad de apagar el fuego con bicarbonato. Una vez las cenizas estén encima de las brasas y la leña de una forma uniforme, puedes verter una capa fina por toda la zona de las brasas y la leña y así extinguir el fuego con total seguridad. Esto es debido a que el bicarbonato contiene sodio, que facilita el apagado.